Miguel Hernández
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El poeta y dramaturgo Miguel Hernández, nace en la ciudad alicantina de Orihuela el 30 de octubre de 1910, y es uno de los llamados Generación del 36, hijo de una familia dedicada al pastoreo del ganado caprino y ovino, a las 6 años lo escolarizan y está en diversos centros escolares. Siendo adolescente empieza a estudiar Derecho y literatura
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Andaluces de Jaén,
aceitunes altivos,
decidme del alma ¿ quén?
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero ni el señor,
sino la tierra callada
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos ...(sigue)
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Tras varios viajes a Madrid, con la intención de encontrar trabajo, en el segundo lo contrata don José María Cossió para la redacción de su enciclopedia: los toros, luego trabaja en la Revista de Occidente mientras mantiene una apasionada relación con la pintora Maruja Mallo, amiga de Dalí. Lorca, María Zambrano, Rafael Alberti
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Los tres dieron hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivó alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma ¿quién?
quién amamantó los olivos?.
Vuestra sangre, vuestra vida
no la del explotador...(sigue)
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Al estallar la guerra civil, Miguel Hernández se alista, e interviene en batallas tanto en la toma de Teruel, Extremadura y Andalucía, y en plena guerra, obtiene permiso para casarse en Orihuela con su prometida Josefina Manresa, en donde es destinado esta vez al frente de Jaén.
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En otoño de 1937, representa al Gobierno de la República en la Unión Soviética, en donde al regresar escribe: Pastor de la muerte y otros poemas recopilados en su libro el Hombre acecha. Escribe ya en 1938: Hijos de la luz, con motivo de la muerte a los pocos meses de nacer su hijo Ramón. Ya en el invierno de 1939, nace Manuel Miguel, a quien dedicó su famosa, cuando al término de la contienda lo detienen y encarcelan: Nana de la cebolla
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que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza.
que os pisoteó la frente
que os redujo la cabeza.
Árboles que a vuestro afán,
consagró al centro del día.
eran el principio de un pan
que solo el otro comía...(sigue)
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Acabada la guerra, Miguel Hernández se encuentra en Valencia, diversos amigos se encargan de protegerlo de la inevitable represión que sobrevendría después, de este modo a su regreso a Orihuela la seguridad peligra, donde emprende viaje hacia Portugal por la provincia de Huelva donde es detenido por Salazar y extraditado a España a manos de Franco
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¡Cuantos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos¡.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos
pregunta mi alma ¿de quién?
de quién son estos olivos.
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vallas a ser esclava,
con todos tus olivares...(sigue)
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Miguel Hernández, tras su paso por diversos presidios, Palencia, Torrijos, Madrid, fallece de tuberculosis en la enfermería de la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942, con 31 años
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Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican la libertad,
la libertad de tus lomas.
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